Las terapias no científicas son aquellas que se recomiendan o comercializan de diversas formas pero que no tienen ningún respaldo científico que demuestre su efectividad. Cuando algunas se refieren a que están aprobadas o registradas, lo único que se ha comprobado es que no hacen daño o causan enfermedades. Muchas de ellas se denominan terapias naturales, pero eso no significa que sean beneficiosas o tengan algún efecto. Aquí te ofrecemos una lista de este tipo de tratamientos y la opinión sobre los mismos de profesionales o entidades de referencia en el sector de la medicina y el cuidado de la salud.
Lista de terapias no científicas
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Homeopatía: Sistema basado en el principio de “lo similar cura lo similar”. Utiliza sustancias extremadamente diluidas que supuestamente causan síntomas similares a los que el paciente sufre. Aunque popular, carece de evidencia científica sólida.
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Acupuntura: Práctica tradicional china que utiliza agujas finas insertadas en puntos específicos del cuerpo. Se cree que restaura el equilibrio de la energía “Qi” para tratar enfermedades. Los estudios científicos son contradictorios sobre su eficacia más allá del efecto placebo.
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Reiki: Técnica japonesa de sanación energética, donde el terapeuta canaliza energía hacia el paciente mediante imposición de manos para promover la curación física y emocional. No tiene apoyo científico, pero algunos la usan como complemento.
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Quiropráctica: Sistema que se centra en la alineación de la columna vertebral para tratar diversas dolencias. A pesar de su popularidad, su eficacia está en debate, especialmente en condiciones no relacionadas con la columna.
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Naturopatía: Sistema que promueve el uso de remedios naturales como hierbas, suplementos y cambios en el estilo de vida para curar enfermedades. Aunque algunas prácticas pueden ser saludables, muchas carecen de respaldo científico.
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Terapia con cristales: Uso de piedras y cristales para equilibrar las energías del cuerpo y curar enfermedades físicas y emocionales. No hay evidencia científica que respalde sus efectos.
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Aromaterapia: Utiliza aceites esenciales extraídos de plantas para mejorar el bienestar físico y emocional a través de la inhalación o aplicación tópica. Aunque algunos aceites tienen efectos relajantes, la evidencia sobre sus beneficios terapéuticos es limitada.
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Iridología: Diagnóstico de enfermedades observando el iris del ojo. Los defensores afirman que el iris refleja la salud del cuerpo, pero no existe evidencia científica que apoye esta afirmación.
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Reflexología: Basada en la idea de que ciertas zonas del pie, mano y oreja están conectadas a órganos internos. Al aplicar presión en estos puntos, supuestamente se mejoran problemas de salud, aunque la evidencia científica es débil.
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Ayurveda: Medicina tradicional india que equilibra los “doshas” (energías) del cuerpo mediante dieta, hierbas y masajes. Aunque algunas prácticas ayurvédicas pueden ser saludables, muchas no tienen respaldo científico.
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Magnetoterapia: Uso de imanes en el cuerpo para tratar dolor y otras dolencias al supuestamente equilibrar los campos magnéticos del cuerpo. No hay evidencia científica que respalde su efectividad.
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Terapia floral de Bach: Uso de esencias florales para tratar emociones negativas, desequilibrios emocionales y dolencias físicas. Aunque algunos lo encuentran reconfortante, no tiene apoyo científico.
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Bioenergética: Terapia basada en liberar bloqueos emocionales a través de movimientos corporales y ejercicios de respiración para mejorar la salud física y mental. No cuenta con estudios científicos que la avalen.
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Dieta alcalina: Sostiene que ciertos alimentos pueden cambiar el pH del cuerpo para prevenir enfermedades como el cáncer. Sin embargo, el pH del cuerpo está estrictamente regulado, y no hay evidencia que respalde esta teoría.
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Toque terapéutico: Técnica donde el practicante mueve sus manos sobre el cuerpo del paciente sin tocarlo para manipular su campo de energía. No se ha demostrado científicamente que esto tenga efectos terapéuticos.
Estas terapias son populares en diversas culturas, aunque muchas no cuentan con evidencia científica sólida.