Transferencia Embrionaria: el paso final en los tratamientos de fertilidad asistida
Los avances médicos y tecnológicos de las últimas décadas han permitido la creación de una variedad de tratamientos de fertilidad que ofrecen esperanza a las parejas que enfrentan dificultades para concebir. Uno de estos tratamientos es la transferencia embrionaria, una etapa esencial en la técnica de fecundación in vitro (FIV). La transferencia embrionaria es el último paso en la FIV, en la que un embrión o más son transferidos al útero con el objetivo de lograr un embarazo. A continuación, se explica el proceso paso a paso:
- Selección de los óvulos y espermatozoides: Se seleccionan los mejores óvulos y espermatozoides para descartar los que estén dañados o los espermatozoides que tengan poca movilidad
- Fecundación y Desarrollo del Embrión: Los óvulos recogidos de la madre (o de una donante) son fertilizados en el laboratorio con espermatozoides del padre (o de un donante). Los óvulos fertilizados se dejan crecer en un cultivo especial durante unos días hasta que llegan a la etapa de blastocisto, que es el estado ideal para la transferencia.
- Selección del Embrión: Los embriólogos seleccionan el o los embriones de mejor calidad para la transferencia, basándose en su morfología y desarrollo.
- Colocar un espéculo estéril en la vagina de la mujer.
- Limpiar: la vagina con suero fisiológico y el cérvix y aspirar el moco cervical.
- Cargar los embriones en el catéter o cánula de transferencia.
- Transferencia Embrionaria: Se introduce un catéter delgado y flexible a través del cuello uterino atravesando el cérvix hasta llegar al útero. Los embriones seleccionados son suave y lentamente depositados en el útero a través del catéter.
- Retirar suavemente y con cuidado el catéter
La transferencia embrionaria es una técnica prometedora y segura que ha permitido a muchas parejas realizar su sueño de tener un hijo. Con una adecuada preparación y asesoramiento, este procedimiento puede representar un camino esperanzador para aquellos que enfrentan retos en su deseo de concebir. La transferencia embrionaria es un proceso que se realiza en el marco de la fecundación in vitro (FIV) y consiste en depositar en el útero de la mujer los embriones generados en el laboratorio, a la espera de que implanten y den lugar a un embarazo. Se trata de un proceso sencillo e indoloro que no requiere anestesia.
Ventajas de la Transferencia Embrionaria
Este procedimiento ofrece varias ventajas para las parejas que no pueden concebir de manera natural. Por ejemplo, permite el uso de embriones donados o la gestación subrogada en casos en que la madre no puede llevar a cabo el embarazo. Además, facilita el control del número de embriones transferidos, reduciendo el riesgo de embarazos múltiples.
No obstante, como cualquier procedimiento médico, la transferencia embrionaria no está exenta de riesgos. Para la madre, los riesgos incluyen la posibilidad de un embarazo ectópico, en el que el embrión se implanta fuera del útero, y la hiperestimulación ovárica también puede ser un problema potencialmente grave que puede ocurrir si se utilizan medicamentos para estimular la producción de óvulos.
Para el feto y el recién nacido, los riesgos están asociados principalmente con la posibilidad de múltiples embarazos. Aunque se pueden transferir uno o dos embriones para minimizar este riesgo, en ocasiones ambos embriones pueden implantarse, lo que resulta en un embarazo gemelar. Los embarazos múltiples suelen tener un mayor riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer.
Además, aunque las tasas de éxito de la FIV han aumentado con el tiempo, no todos los embriones implantados darán lugar a un embarazo. La tasa de éxito de la FIV depende de varios factores, como la edad de la mujer, la calidad de los óvulos y espermatozoides, la salud uterina y la calidad del embrión.
