Microinyección Intracitoplasmática de Espermatozoides

Microinyección Intracitoplasmática de Espermatozoides

Microinyección Intracitoplasmática de Espermatozoides

La Microinyección Intracitoplasmática de Espermatozoides, conocida por sus siglas en inglés como ICSI (Intracytoplasmic Sperm Injection), es un procedimiento avanzado de reproducción asistida que se utiliza para tratar problemas de fertilidad, especialmente la infertilidad masculina. Esta técnica de alta precisión implica denominada técnica ICSI (Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides) que consiste en microinyectar mediante una fina aguja un único espermatozoide en el interior de un óvulo maduro para facilitar su fecundación, lo que puede mejorar las posibilidades de fertilización. Aquí explicaremos en detalle cómo funciona el ICSI, sus beneficios y cuándo es necesario recurrir a esta técnica.

El ICSI es una técnica avanzada de reproducción asistida que ha aumentado significativamente las posibilidades de concepción para parejas con ciertos problemas de fertilidad. Como cualquier intervención médica, debe ser realizada por profesionales altamente cualificados y en condiciones controladas para garantizar su éxito y seguridad.

El ICSI es una técnica segura tanto para los donantes de esperma como para los de óvulos. Los riesgos asociados con la recolección de espermatozoides y óvulos son mínimos. Sin embargo, como con cualquier procedimiento médico, hay pequeños riesgos asociados con la anestesia y la recolección de óvulos. No obstante, el riesgo de daño al óvulo durante la inyección es extremadamente bajo gracias a la habilidad y experiencia de los embriólogos.

También es una técnica segura para el feto o el recién nacido, aunque existe un riesgo ligeramente mayor de ciertas condiciones en los niños concebidos mediante técnicas de reproducción asistida, este riesgo sigue siendo bajo y muchos niños concebidos de esta manera crecen completamente sanos. Como siempre, es importante que cada pareja discuta estos riesgos y beneficios con su médico antes de tomar una decisión sobre el uso de técnicas de reproducción asistida.

Procedimiento de la Microinyección Intracitoplasmática de Espermatozoides

El proceso de ICSI se realiza generalmente como parte de un procedimiento de Fecundación In Vitro (FIV). Los pasos del proceso son los siguientes:

  • Estimulación ovárica: Al igual que en la FIV tradicional, la mujer recibe medicación para estimular la producción de óvulos en sus ovarios. Posteriormente, estos óvulos son recolectados en un procedimiento quirúrgico menor.
  • Recolección de los espermatozoides: Los espermatozoides se obtienen a través de la eyaculación o, si esto no es posible, mediante procedimientos quirúrgicos. Esta técnica permite visualizar y seleccionar espermatozoides sin defectos morfológicos, a tiempo real, para mejorar las tasas de éxito en los tratamientos de reproducción
  • Preparación de los espermatozoides y óvulos: Los espermatozoides y los óvulos se preparan en el laboratorio. Un solo espermatozoide se selecciona para cada óvulo.
  • Microinyección: Aquí es donde el ICSI difiere de la FIV convencional. En lugar de mezclar los espermatozoides y los óvulos en una placa de Petri y esperar a que ocurra la fertilización, el embriólogo inyecta directamente un espermatozoide en el interior de cada óvulo utilizando un microscopio especializado y agujas muy finas.
  • Fertilización y transferencia de embriones: Los óvulos fertilizados se cultivan en el laboratorio durante unos días antes de transferir el embrión o los embriones de mejor calidad al útero de la mujer.

La técnica ICSI ha revolucionado el tratamiento de la infertilidad masculina. Permite la concepción incluso cuando el recuento de espermatozoides es muy bajo, los espermatozoides tienen baja movilidad o existen problemas con la forma de los espermatozoides. También es útil en casos de obstrucción en el tracto reproductivo masculino, o en caso de que el varón se haya practicado la vasectomía, cuando los espermatozoides deben ser extraídos directamente de los testículos.

Además, el ICSI puede ser una opción para parejas que han tenido fallas previas de fertilización con la FIV convencional o cuando se utilizan técnicas de reproducción asistida con óvulos o embriones congelados.

Riesgos para los donantes, para el feto y para el recién nacido

Como ya hemos dicho la Microinyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI) es una técnica segura tanto para los donantes de esperma como para los de óvulos que ha permitido a muchas parejas con problemas de fertilidad tener hijos biológicos. Sin embargo, es natural preguntarse si este procedimiento también es seguro o si puede tener algún impacto en el feto o el recién nacido.

Algunos estudios han sugerido que los niños concebidos a través de técnicas de reproducción asistida, incluyendo ICSI, pueden tener un ligero aumento en el riesgo de ciertos defectos de nacimiento y trastornos genéticos. Sin embargo, es importante destacar que el riesgo absoluto sigue siendo bajo y que muchas de estas condiciones también pueden ocurrir en niños concebidos de forma natural.

Además, es difícil determinar si estas condiciones son causadas por la técnica de reproducción asistida en sí misma o por los problemas de fertilidad subyacentes de los padres. Algunos estudios han sugerido que las dificultades para concebir pueden estar relacionadas con un mayor riesgo de anomalías cromosómicas, lo que podría explicar el aumento del riesgo observado en los niños concebidos mediante técnicas de reproducción asistida.

Otro aspecto a tener en cuenta es que los embarazos múltiples (gemelos, trillizos, etc.), que son más comunes con las técnicas de reproducción asistida, pueden tener un mayor riesgo de complicaciones prenatales y neonatales. En cuanto al desarrollo a largo plazo de los niños concebidos mediante ICSI, la mayoría de las investigaciones indican que su desarrollo físico, cognitivo y psicomotor es normal.

 

 

 

 

 


Autor: Sonia Quero | Artículos de Sonia Quero
La Lcda. Sonia Quero es farmacéutica con más de 15 años de experiencia en su profesión. Ha recibido la Suficiencia Investigadora en el Programa de Doctorado de Salud Pública (Universitat de Barcelona 1997). Tiene el título de Máster experimental en Ciencias farmacéuticas, en la Especialidad de Salud Pública con el tema Consumo de tabaco y alcohol en adolescentes (2000). Ofrece sus consejos para prevención y recuperación de patologías. Es especialista en complementos naturales como la silimarina (cardo mariano), la caléndula, los antioxidantes y su efecto en determinadas patologías crónicas como pueden ser el hígado graso, la diabetes o la endometriosis. Asesora también en  cosmética corporal BIO.

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