La píldora del día después, es un método anticonceptivo de emergencia que se toma bajo prescripción médica y como medida de último recurso en casos de haber tenido relaciones sexuales sin precaución y para evitar un embarazo no deseado porque interrumpe el proceso de gestación en sus primeras horas.
Sin embargo, la píldora del día después supone un riesgo para la salud si se toma de forma inadecuada, lo cual ocurre en muchos casos, sobre todo entre las adolescentes que hacen un uso inadecuado de este método anticonceptivo por falta de información.
En primer lugar, las mujeres deben tener muy en cuenta que esta píldora se utiliza solo y exclusivamente en casos en los que otro método anticonceptivo falló o en circunstancias extremas, como en casos de abuso sexual. Utilizar la píldora del día después como método anticonceptivo por defecto y de manera continuada puede repercutir de manera negativa en la fertilidad de la mujer.
La píldora del día después produce, mediante la administración de hormonas, una alteración de la ovulación o en los procesos posteriores a la misma, además de provocar una serie de cambios en el moco cervical que impiden el paso de los espermatozoides y la implantación del óvulo fecundado.
Este método es efectivo en las primeras 72 horas del proceso de gestación con una fiabilidad del 90%, cayendo el porcentaje de efectividad hasta la mitad entre las 73 y las 120 horas. Estos datos, que proceden de la Organización Mundial de la Salud, desmitifican la infalibilidad de la píldora del día después, ya que popularmente se cree que al tomarla se elimina cualquier posibilidad de embarazo.
Los efectos secundarios que se pueden derivar de manera inmediatamente posterior a la ingesta de esta píldora son náuseas, vómitos, dolor de cabeza, alteraciones del ciclo menstrual, dolor en los senos y sensación de fatiga. Además, aunque no se trata de un hecho confirmado oficialmente, muchos especialistas reconocen que el uso continuado de la píldora del día después puede producir serios problemas de fertilidad en las mujeres.
Por otro lado, el abuso de este método puede derivar en alteraciones de los patrones de ovulación, retrasando la ovulación e incluso inhibiéndola, complicando sustancialmente el cálculo de los días fértiles.
Es por ello que las mujeres deben contar con toda la información posible y un asesoramiento médico a la hora de tomar este fármaco, además de tener muy presente que se trata de un recurso de emergencia que nunca debe sustituir a los métodos anticonceptivos recomendados por los profesionales.