La intoxicación por aluminio puede ser grave porque el aluminio también es un metal tóxico pesado, la Dra. Marisa Manzano de Antiaging Group Barcelona nos dice «La utilización del aluminio ha sido restringida en numerosos países por suponer un peligro para la salud». La seguridad alimentaria no sólo depende de que los alimentos se encuentren en buen estado y de que se manipulen siguiendo las normas higiénicas. Los materiales que entran en contacto con ellos, como el aluminio, pueden convertirse en el principal problema para la salud.
Parece sorprendente que la salinidad de los mares provenga de los arroyos y ríos de agua dulce que desembocan en ellos. Incluso el agua mineral más pura contiene pequeñas cantidades de sales. El agua dulce arrastra pequeñas cantidades de sales que los ríos van llevando al mar, como que del mar sólo sale agua por evaporación, estas sales se van acumulando hasta que los mares tienen una salinidad que no nos permite consumir sus aguas sin un tratamiento previo de desalinización. De la misma manera cada vez que cocinamos con un cacharro de aluminio, pequeñas cantidades de aluminio se desprenden y pasan a nuestro organismo. Como todos los metales estas cantidades de aluminio son muy difíciles de metabolizar de forma natural y son bioacumulables, es decir que de poco en poco se van acumulando en nuestro organismo, como la sal en el mar, hasta que su concentración puede ser tóxica para nuestra salud.
Prácticamente es imposible evitar la acumulación de metales en nuestro organismo, bien sea por el uso de herramientas de diferentes metales, o por la contaminación de las aguas y de los alimentos. Además toda la industria aeronáutica y aeroespacial están basadas en este metal y otro factor de contaminación e intoxicación por aluminio poco conocido es que el ingrediente químico más presente en los cosméticos que utilizamos es el aluminio.
Lo que sí podemos hacer es medir las cantidades de aluminio, y otros metales, que acumula nuestro organismo mediante una espectrofotometría y saber en menos de 30 minutos hasta que punto puede estar afectado nuestro organismo por una intoxicación por aluminio, otros metales e incluso carencias de oligoelementos.
La espectrofotometría es una técnica diagnóstica que de una forma no invasiva, mediante la lectura que se hace sobre la palma de la mano, sin pinchazos ni incisiones de ningún tipo, permite al médico conocer la concentración de los diferentes metales tóxicos que hay en nuestro organismo, así como si existe alguna carencia de minerales u otros oligoelementos. Los resultados se obtienen casi de inmediato y permiten iniciar, si es necesario, un proceso de quelación, con cápsulas de algas u otros procedimientos naturales, para eliminar estos metales tóxicos.
Además de la toxicidad del aluminio de nuestro entorno más inmediato debemos valorar también el impacto ambiental del aluminio, porque las minas de bauxita tienen un impacto ambiental muy grave al territorio al ser minas abiertas, el impacto en el medio es más grave que en mina subterránea, y los daños que ocasiona en el entorno son en gran parte irreversibles. La extracción de bauxita erosiona el suelo y elimina toda la flora, afectando también a la fauna de ese entorno. La contaminación que genera la industria del aluminio es preocupante porque arroja millones de toneladas al año de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, y gases que están presentes también en la lluvia ácida como el óxido de azufre y el óxido de nitrógeno. Además, el proceso de transformación de la bauxita en aluminio requiere de grandes cantidades de energía y agua.